-Aquí vinimos a descansar. No a oír sandeces.
Lo dijo suave y firmemente. Un respiro general recorrió el salón repleto de militantes del PPV (Partido Político de la Verdad). La única persona que permaneció impávida fue el provocador de aquella frase que tan oportunamente había salido de boca del Señor Presidente.
Nunca, en el seno de aquel partido político, se habían vivido momentos tan tensos. ¿Quién habría sido el insensato que invitó a alistarse en el partido a un individuo que tenía el vicio de no mentir nunca jamás?
Manuel Cubero
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