Lluvia
tierra mojada
aire frío.
Triste día
nube oscura
cruza el cielo
Erika Martínez Rodríguez
"El material editado en "Muestrario de Palabras" goza de todos los Derechos Reservados. La administración confía en la autoría del material que aquí se expone, no responsabilizándose de la veracidad de los mismos." En éste blog, encontrarás, todo lo que no pudo ser clasificado, pero que merece ser publicado."
martes, 31 de marzo de 2009
jueves, 26 de marzo de 2009
Disputa
Se peleaban por ella; por sus células, por sus átomos; por cada centímetro cúbico que formaba parte de su hermoso cuerpo.
La anhelaban, la deseaban; tal como había sido desde que tenía memoria.
Ese era su destino: ser eternamente disputada entre aquellos que ávidos de sus encantos caían bajo su embrujo. Triste sino.
Los insectos habían entrado en crisis y el cadáver de la vaca en la inmensa pradera lo atestiguaba.
Liliana Varela 2009
La anhelaban, la deseaban; tal como había sido desde que tenía memoria.
Ese era su destino: ser eternamente disputada entre aquellos que ávidos de sus encantos caían bajo su embrujo. Triste sino.
Los insectos habían entrado en crisis y el cadáver de la vaca en la inmensa pradera lo atestiguaba.
Liliana Varela 2009
Impulso
No pudieron detener su impulso. La calle recibió sus atropellados restos en una tarde de lluvioso suicidio.
Liliana Varela 2009
Liliana Varela 2009
lunes, 23 de marzo de 2009
amantes
"Llenos de aromas, vida en palabras
llega el alba, un nuevo amanecer,
dos desconocidos, otra vez."
Y llegado el alba descubrí que no dormía, que la fatiga del viaje decorriendo los cortinajes de quimeras, me hacían el jinete intrépido que cabalga por las recovecos y ansias de mi alma.
Ana Lucía Montoya R.
MI PARED BLANCA
Mi pared blanca, mi compañera, converso con ella cuando el estar sola me pesa...siempre. En ella camino los desencantos, las guerras ocultas en las que no quiero participar, la necesidad de un beso y una caricia.
Mi pared blanca, hasta a veces me sonríe, eso creo. Expectante y silenciosa es condescendiente, muchas veces me da ánimos, otras se burla con una mueca despectiva y hasta algunas veces llora conmigo.
Mi pared blanca sabe del amor perdido, del sin amor y del no-amor, de esta trayectoria por platos y ollas, del vuelo a través del horizonte, de la voz desafinada con que elevo mis cantos. Me mira piadosamente cuando una cena se quema o está salada la comida.
Hoy le susurré al oído y me guiñó un ojo. Le prometí pintarla, le pondré flores, mariposas y un hermoso sauce, tres notas musicales y un globo rojo en su mano.
Después de tantos años mi pared blanca reía...yo lloraba.
Elisabet Cincotta
derechos de autor registrados
"Las únicas muertes que el hombre conoce son aquellas a que se sobrevive."
Macedonio Fernández
viernes, 20 de marzo de 2009
Juanita, la araña
SI ME…
Si me preguntas dónde encontrarnos te diría allí en la noche luminosa que despabiló sus vuelos entre estrellas para ver una silueta de dos.
Aquí en el manto del secreto y el aullido de los cuerpos que se hallan.
Y más cerca aún, donde los ojos se entremezclan, hablan sin palabras... donde somos eternidad, posesión y mirada.
Elisabet Cincotta
derechos registrados
Aquí en el manto del secreto y el aullido de los cuerpos que se hallan.
Y más cerca aún, donde los ojos se entremezclan, hablan sin palabras... donde somos eternidad, posesión y mirada.
Elisabet Cincotta
derechos registrados
martes, 17 de marzo de 2009
LA CALLE
Gris, transitoria con algo de alquitrán, rayuela, blanco de tiza, pelota de trapo, un pozo, un charco y un auto, falda blanca manchada de barro. Verano de veredas, miradas sin rumbo buscan ojos lejanos que no pasarán.
La calle adormece de noche, sirenas despiertan su calma y desde mi ventana veo los lamentos con que acompaña a algún caminante lloroso de amor.
Recuerdos de calle con faroles muertos por alguna pedrada, cruento hondazo, niños nacidos de una ilusión.
Calle-cemento, obscenas figuras, siluetas perdidas impregnan mi cuerpo, manojo de pasado que se filtra desde mis poros para no retornar.
Elisabet Cincotta
derechos de autor registrados
La calle adormece de noche, sirenas despiertan su calma y desde mi ventana veo los lamentos con que acompaña a algún caminante lloroso de amor.
Recuerdos de calle con faroles muertos por alguna pedrada, cruento hondazo, niños nacidos de una ilusión.
Calle-cemento, obscenas figuras, siluetas perdidas impregnan mi cuerpo, manojo de pasado que se filtra desde mis poros para no retornar.
Elisabet Cincotta
derechos de autor registrados
miércoles, 11 de marzo de 2009
DÍAS
Hay días, como este, en que se agrupan los recuerdos, la memoria fluye y los por qué sacuden el pensamiento.
Días en que la irremediable acción cambia el producto, ya no existe el amor que hubiese vencido los sin respuesta.
Días soleados cuando un horizonte otoñal desvela veredas en ocres. Días sin grito, ausentes de llanto.
Hay días, como este, donde se ha perdido la oportunidad de amar de nuevo... ¿sólo por amor o cobardía?
Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados
"Las únicas muertes que el hombre conoce son aquellas a que se sobrevive." Macedonio Fernández
Elisabet Cincotta
Días en que la irremediable acción cambia el producto, ya no existe el amor que hubiese vencido los sin respuesta.
Días soleados cuando un horizonte otoñal desvela veredas en ocres. Días sin grito, ausentes de llanto.
Hay días, como este, donde se ha perdido la oportunidad de amar de nuevo... ¿sólo por amor o cobardía?
Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados
"Las únicas muertes que el hombre conoce son aquellas a que se sobrevive." Macedonio Fernández
Elisabet Cincotta
DIOS SOLITARIO
Él es Dios. Y Dios se siente feliz por compartir la belleza y precisión del universo con la criatura por excelencia: el hombre, el ser inteligente por antonomasia. Después de millones de años una criatura ha alcanzado a comprender la perfección del mundo creado.
Y Dios se siente feliz. Porque el hombre conoce el inmenso valor de la creación. El hombre conoce el incuestionable poder de Dios, y conoce su infinita sabiduría, que resplandece en la miríada de mundos que comparten el firmamento.
Y Dios se siente feliz. Porque Dios contempla el devenir del hombre por el tiempo, se siente orgulloso de su obra y goza al ver cómo esa criatura se eleva sobre la naturaleza, la domina, hace de ella su propio hogar y…
Dios se siente triste. Tanto dominó el hombre la creación que acabó por destruir sus coordenadas y, con ellas, al mismo hombre.
Manuel Cubero
Y Dios se siente feliz. Porque el hombre conoce el inmenso valor de la creación. El hombre conoce el incuestionable poder de Dios, y conoce su infinita sabiduría, que resplandece en la miríada de mundos que comparten el firmamento.
Y Dios se siente feliz. Porque Dios contempla el devenir del hombre por el tiempo, se siente orgulloso de su obra y goza al ver cómo esa criatura se eleva sobre la naturaleza, la domina, hace de ella su propio hogar y…
Dios se siente triste. Tanto dominó el hombre la creación que acabó por destruir sus coordenadas y, con ellas, al mismo hombre.
Manuel Cubero
martes, 10 de marzo de 2009
ENTRE JUNCOS Y QUEBRACHOS
vaga la mujer del fondo de la calle
entera por dentro
-aunque su figura diga lo contrario-
en ella siempre fluye la llama
-de la existencia milenaria-
que la signa junco y la marca quebracho
©Elisabet Cincotta (del Poemario De pie)
entera por dentro
-aunque su figura diga lo contrario-
en ella siempre fluye la llama
-de la existencia milenaria-
que la signa junco y la marca quebracho
©Elisabet Cincotta (del Poemario De pie)
jueves, 5 de marzo de 2009
De influencias III
Ciega,
caminando por el filo de la peña,
perdida en quimeras,
quería volver a recordar.
¡Demasiado tarde!
El músculo está yerto.
La entropía anda a zancadas
y el frio se tomó la casa.
Besos,
Ana Lucía Montoya R
caminando por el filo de la peña,
perdida en quimeras,
quería volver a recordar.
¡Demasiado tarde!
El músculo está yerto.
La entropía anda a zancadas
y el frio se tomó la casa.
Besos,
Ana Lucía Montoya R
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