viernes, 5 de septiembre de 2008

LUNA MISTONGA





La luna se asomaba entre las nubes derramando sus rayos color plata y en la esquina del cafisho dejaba una luz tenue de esperanza.

La luna se perdía entre las vanas sonrisas de los transeúntes enamorando, a su paso, a los sensibles corazones que aún le hablaban.

Orgullosa de su andar por Corrientes, a veces se enganchaba en un corte al oír un tango arrabalero que el Polaco tarareaba.

La luna, esa amiga, consejera silenciosa de los yiros, de las percantas, del bacán, del poeta y del bohemio, siempre vigente en su esencia seductora, los mira, protectora, despertando los más profundos sentimientos.

Por el amor que fue, por el que vino, por la pasión hecha cadencia, sólo ella es la mistonga orillera que vibra en los corazones.

Por ser luna, misterio, canto y poesía, prevalece en el alma del eterno amante.

Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados

No hay comentarios: