miércoles, 16 de diciembre de 2009

Surcos del tiempo

El tiempo tiende su velo, etéreo tejido de sueños que nubla el sendero.
El tiempo guía, lleva, borra, sólo la meta alumbra los pasos del errante.
¿Qué meta? Una. La más cercana, la imposible. El pasado huye. El futuro es solo un globo de espuma iridiscente y frágil.

El tiempo es un ahora tironeando hacia el pasado. Ya fue, mientras era.
La ola tapa a la ola; el surco se dibuja borroneando su huella. ¿Cómo saber que gotas la formaron?¿Cuál se puso lado con lado y empujó empujamos, hasta caer, un remolino, un revolcón y ya no nos reconocimos?¿ A quién dije fuerza amigo a empujar hermano arriba no aflojemos?


Hoy nos cruzamos, y te miré a los ojos y te vi desconfiado y no creí en tu sonrisa y seguí mi camino que quizás sea el tuyo y no pueda ubicarlo.

En un oscuro rincón de la memoria y de la noche lobuna nos reencontramos siempre y te miro y te digo y oigo que me dices hombro con hombro hermano, arriba, no aflojemos.

© Carlos Adalberto Fernández

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