domingo, 13 de diciembre de 2009

Disputa

Se peleaban por ella; por sus células, por sus átomos; por cada centímetro cúbico que formaba parte de su hermoso cuerpo.

La anhelaban, la deseaban; tal como había sido desde que tenía memoria.

Ese era su destino: ser eternamente disputada entre aquellos que ávidos de sus encantos caían bajo su embrujo. Triste sino.



Los insectos habían entrado en crisis y el cadáver de la vaca en la inmensa pradera lo atestiguaba.







Liliana Varela 2009

http://lilianavarel a.blogspot. com

1 comentario:

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

Este me gustó.

Un saludo desde alguien que también cultiva el género.