y una corona rota, teje escarpines de hambre
y una cruz hacia el frente, es bandera de sangre
y una lengua enroscada, mata lo que no entiende
y una gota de agua, es eco del llanto que viene
y un Dios aferrado a la nada, mira, ausente,
a una tierra usurpada en su nombre,
por los siglos de los siglos.
Alejandra Dening
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