miércoles, 11 de marzo de 2009

DIOS SOLITARIO

Él es Dios. Y Dios se siente feliz por compartir la belleza y precisión del universo con la criatura por excelencia: el hombre, el ser inteligente por antonomasia. Después de millones de años una criatura ha alcanzado a comprender la perfección del mundo creado.
Y Dios se siente feliz. Porque el hombre conoce el inmenso valor de la creación. El hombre conoce el incuestionable poder de Dios, y conoce su infinita sabiduría, que resplandece en la miríada de mundos que comparten el firmamento.
Y Dios se siente feliz. Porque Dios contempla el devenir del hombre por el tiempo, se siente orgulloso de su obra y goza al ver cómo esa criatura se eleva sobre la naturaleza, la domina, hace de ella su propio hogar y…
Dios se siente triste. Tanto dominó el hombre la creación que acabó por destruir sus coordenadas y, con ellas, al mismo hombre.

Manuel Cubero

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