martes, 17 de marzo de 2009

LA CALLE

Gris, transitoria con algo de alquitrán, rayuela, blanco de tiza, pelota de trapo, un pozo, un charco y un auto, falda blanca manchada de barro. Verano de veredas, miradas sin rumbo buscan ojos lejanos que no pasarán.
La calle adormece de noche, sirenas despiertan su calma y desde mi ventana veo los lamentos con que acompaña a algún caminante lloroso de amor.
Recuerdos de calle con faroles muertos por alguna pedrada, cruento hondazo, niños nacidos de una ilusión.
Calle-cemento, obscenas figuras, siluetas perdidas impregnan mi cuerpo, manojo de pasado que se filtra desde mis poros para no retornar.

Elisabet Cincotta
derechos de autor registrados

1 comentario:

El peregrino dijo...

Excelente blog. Me encantan esos relatos cortos. Tengo mucho por aprender definitivamente.