Violento, furioso, llora angustioso, nadie le socorre, pues todos le temen cuando se pone de mal humor, agita todo, grita con fuerza, todos escondidos, seguros en sus casas, le escuchan llorar.
Poco a poco calmara su furia y cuando calle el llanto, la gente se asomara a las calles y verá que en el arrebato, dejo a los árboles sin rama, se llevo techos y cosechas, arrojo cuanto pudo al suelo y desparramo la suciedad, “ya vendrá de nuevo”, piensa la gente, mientras limpia lo que el viento, no se llevó.
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